Dios te puso en los ojos la mirada sencilla
y en el pecho el amor,
y te sienten los llanos de la espiga amarilla
y los vientos que vibran con la luz y la flor.
Los instantes nos llevan a tu imagen amada,
y a tus pies quedarán,
las ofrendas pequeñas,
que de cada jornada, son humildes y buenas
como un trozo de pan.
Te corona el cariño que Albacete
te envía, te corona su fe
por tu gracia más limpia ,
que las luces del día.
Por tu amor agua nueva
de las fuentes del bien.
¡Dios te salve, María de los Llanos,
Señora de la sombra y la luz.
Se ha vestido de amores hasta la última hora,
y está Mayo en el cielo, imitando tu azul.
Autor: Miguel Asins
27 Mayo 1956
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