En una cesta de flores
metí la mano y saqué
el corazón de mi madre,
que nunca le olvidaré.
Como soy tan pequeñita
y no tengo vestido blanco
voy a pedirle a la Virgen
que me haga uno de su manto.
Como soy tan pequeñita /o
y tengo tan poquita voz.
Sólo me atrevo a decir
¡Viva la Madre de Dios!
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